martes, 14 de febrero de 2012

Una salida dominical

Chaleco oficial del Club

El Club Burgman España, del cual soy simpatizante si bien no soy miembro (aún), organiza periodicamente salidas colectivas, conocidas entre nosotros como "quedadas". En estas salidas o reuniones, se define un destino común y se disfruta tanto del camino, como de la compañía, asi como del placer de montar en moto, que es es la finalidad de todo el proceso. Aparte del camino en si mismo, y de la diversion inherente, tambien son parte del asunto, las paradas para repostar, tomar algo, y contar unos chistes o comentar cuestiones relacionadas con el mundo de la moto.

Algunos participantes

El pasado 12 de noviembre de 2011 se organizó una de estas salidas periódicas, con destino a la bella ciudad de Caceres. Por desgracia, yo no pude estar presente, lo cual no quita para que quiera compartir la ruta y las fotos con los lectores del blog.

La ruta empezó bien temprano con una concentración de todos los participantes en un establecimiento de Madrid,  cercano a la A-5, dirección Extremadura. Tras un buen desayuno y llenar los depositos de gasolina, el grupo partió hacia el destino previsto, en un dia un tanto gris, aunque no demasiado frio para ser el mes de noviembre.

La parrilla
Dado que el camino supone alrededor de 300 km, fue preciso hacer alguna parada intermedia, especialmente para estirar las piernas, tomar algo caliente y repostar combustible. Tras un breve descanso, se continuó hasta el destino, Cáceres.

Una vez allí, y tras encontrarse con otros colegas de la localidad, se llevó a cabo un pequeño tour por el interior de la ciudad, donde se disfrutó y comentó acerca de los bellos edificios historicos, el entorno del casco viejo y el barrio judio, unas joyas de las que la ciudad se siente bien orgullosa, y con razón.

¡Hasta pronto!
Despues de ello, se aparcaron las monturas, para hacer un paseo a pie por la zona, y dirgirse al lugar previsto para reponer fuerzas, un restaurante local especialista en carnes a la parrilla, conocido porque que ya habia sido vistado con ocasión de anteriores salidas. Buena muestra de lo celebrado del menu, son las fotos que acompañan estas lineas.

Tras una larga sobremesa, tocaba regresar, sin tristeza, pero con ganas de repetir. Era el momento de decir adios a los amigos locales, y a la ciudad entera, y volver a casa desandando el camino. Afortunadamente, el tiempo meteorológico siguió acompañando, por lo que el grupo tuvo una vuelta relajada, hasta la llegada a la entrada de Madrid, ya entrada la noche, donde entre toques de claxon y saludos distantes con las manos, cada participante volvio a casa sin percances.

¡ Habra que repetirlo pronto !